sábado, 26 de mayo de 2012

Italia.- Roma–Venecia.

Día 25 de Mayo Roma – Venecia. 559 kilómetros.

A las 7 de la mañana me he levantado y después de andar durante dos horas por Roma para ver lo que me faltaba, he decidido no ir a Nápoles. Así que me he puesto rumbo a Venecia. He parado a comer en el camino y como hacia mucho calor, me he dado una ducha y he lavado la ropa, que mientras he dormido un rato la siesta casi se me ha secado; luego la he tendido dentro de la furgo, y cuando he llegado a Venecia ya la he recogido completamente seca. He visitado toda la parte interesante de la ciudad y saliendo con destino a Bassano di Grappa, donde pienso volar mañana si el tiempo y el viento lo permite, he parado a visitar el parque de Bomberos de Maestre que lo he visto al pasar por allí. Me han atendido muy bien, me han enseñado todo el parque y me han regalado una camiseta. Ahora estoy a 50 kilómetros de Bassano y voy a ver el partido del Bilbao- Barcelona en un bar donde lo van a televisar.

Venecia (en italiano, Venezia), ciudad y puerto del noreste de Italia, situada en la región de Véneto y capital de la provincia que lleva su nombre. Se alza sobre un conjunto de 120 islas formadas por un total de 177 canales en el interior de la laguna Ventea, localizada entre las desembocaduras de los ríos Po y Piave, en el extremo septentrional del mar Adriático
Debido a su papel histórico como potencia naval y centro comercial, la ciudad ha sido conocida como la ‘reina del Adriático’. Un ferrocarril y una carretera conectan Venecia con la tierra firme. Largas barras de arena o restingas en el lado exterior de la laguna sirven de protección contra el mar. Las islas sobre las que la ciudad se ha construido están conectadas por unos 400 puentes. El Gran Canal, de unos 3 km de longitud, atraviesa Venecia de noroeste a sureste y divide la ciudad en dos partes casi iguales. El canal de la Giudecca (Judería), de unos 400 m de anchura, separa la isla de la Giudecca, en el extremo sur, del resto de la ciudad. No se permiten vehículos a motor en los estrechos y sinuosos callejones y calles que penetran en la ciudad antigua, y sólo los peatones utilizan los puentes; durante siglos el método de transporte más frecuente ha sido la góndola, un bote de fondo plano impulsado por un solo remo. Hoy día las góndolas son utilizadas principalmente por los turistas; las lanchas motoras transportan casi la totalidad del tráfico de mercancías y pasajeros de Venecia.
La Venecia actual ha tenido que hacer frente a numerosos problemas, como el descenso de la población en favor de otras zonas y los daños físicos resultantes de las inundaciones, el hundimiento, la contaminación del aire y el agua y el paso del tiempo que afecta a sus numerosos monumentos. Tras las devastadoras inundaciones de 1966 se emprendió un esfuerzo internacional para preservar la Venecia histórica, coordinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), gracias a lo cual numerosas estructuras fueron renovadas y conservadas. La ciudad ha sufrido inundaciones durante toda su historia; éstas se producen cuando las mareas altas se combinan con vientos tormentosos y han sido combatidas con algunos experimentos novedosos, como el uso de barreras mecánicas. El hundimiento de los edificios y otras estructuras, causado por el drenaje de los acuíferos subterráneos, se ha intentado solucionar mediante la limitación del uso de aguas subterráneas y la construcción de un acueducto desde los Alpes.

































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