miércoles, 23 de mayo de 2012

España y Francia.- Barcelona–Marsella


Día 22 de mayo Barcelona – Marsella.- 586 kilómetros.

Esta noche he dormido en casa de mi sobrino Rafa, pues Salo (su mujer) se empeñó que me quedará y no me quedó más remedió que obedecer.

Por la mañana después de desayunar, emprendí el camino sin saber hasta donde iba a llegar, pero como el día a sido lluvioso y con mucho viento he aprovechado para quitarme kilómetros de en medio. He parado por el camino a comer, me he echado una buena siesta y he llegado a Marsella donde dormiré.

Marsella es una ciudad del sur de Francia, capital del departamento de Bouches-du-Rhône, en el golfo de León (mar Mediterráneo). Es la segunda ciudad más importante de Francia, un notable puerto marítimo y un destacado centro industrial y comercial. La ciudad está unida al río Ródano (Rhône) por un canal y posee grandes instalaciones para el transporte aéreo y por ferrocarril: en las cercanías se encuentra el gran puerto petrolero de Fos, que se desarrolló a partir de la década de 1960. En la industria del área metropolitana de Marsella predominan el hierro y el acero, los productos químicos, los productos de plástico y metal, los barcos, el petróleo refinado, los materiales para la construcción, el alcohol, los productos de la industria alimentaria y la industria aeronaval.
En la bahía situada frente a Marsella hay varias islas, entre las que se encuentra la isla de If, cuyo castillo (siglo XVI), es descrito en la novela de Alejandro Dumas El conde de Montecristo. Varios fortines protegen el puerto y, en una franja de terreno que se proyecta hacia el oeste de la bahía, se encuentra la iglesia de Notre Dame de la Garde (siglo XIX), coronada por una estatua dorada de la Virgen María. A pesar de ser la ciudad más antigua de Francia, Marsella conserva pocos vestigios de épocas antiguas. A finales de la década de 1960, los arqueólogos descubrieron y desenterraron parte de los contrafuertes y las murallas helenísticas de la ciudad, y una parte de la catedral medieval, la Mayor, que todavía se conserva. En unas criptas del siglo XI, sobre las que se construyó la iglesia de San Víctor en el siglo XIII, se encuentra una imagen de la Virgen María que se considera obra de san Lucas.
Entre las instituciones culturales y educativas de la ciudad destacan las universidades de Aix-Marseille I y II (1970) y los museos de arqueología, navegación y bellas artes. Hacia el 600 a.C., la zona fue colonizada por los griegos de Asia Menor y se bautizó con el nombre de Massalia. El asentamiento floreció y durante las Guerras Púnicas apoyó a Roma frente a Cartago. En el 49 a.C., tras apoyar a Pompeyo el Grande en la guerra civil contra Julio César, Roma se anexionó la ciudad. Sus habitantes se convirtieron al cristianismo durante el siglo III d.C. y, en el 304, san Vicente fue martirizado en la ciudad. En el siglo X la ciudad pasó a ser un dominio de los condados de Provenza y en el siglo XIII, se convirtió en república. En 1481, pasó a formar parte del reino de Francia.
 
El comercio en el puerto se expandió en el siglo XVII, antes de sufrir un terrible revés durante la Revolución Francesa y las Guerras Napoléonicas. A partir de 1850, las instalaciones portuarias se extendieron y se instalaron muchas fábricas en Marsella. Durante la II Guerra Mundial, fue ocupada por los alemanes y sufrió graves destrozos. Más adelante, gracias a unos fuertes programas de construcción, Marsella se transformó y se convirtió en una comunidad con un urbanismo moderno. Su población ronda los 800.000 habitantes.






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