domingo, 8 de julio de 2012

España.- Zeberio - Bilbao.



Día 7 de Julio.- Zeberio – Bilbao.    37 kilómetros.

Dormí en la plaza del pueblo. Por la mañana me levante y di una vuelta por el pueblo, luego subí con la furgoneta hasta una ermita. Aparqué y me subí andando hasta el monte Mandoia. En el camino coincidí con unos montañeros que subían al mismo sitio que yo, y luego también iban a subir al monte Upo. Nos hicimos unas fotos en el alto, y bajando nos despedimos en el cruce, ellos al Upo y yo para la furgoneta, ya que había quedado con Pepe a las doce en la plaza del pueblo, pues había ido con Yoli a Bilbo-ondo a comprar la comida para el medio día. Ya en el pueblo, nos reunimos en el mismo sitio que habíamos cenado el día anterior, y tomamos unos vinos en varios bares junto a Iñaqui (vecino de Pepe, y el anfitrión) ya que íbamos a comer en su casa. A la una y media fuimos a comer. Preparamos una barbacoa para asar unos rodaballos, (que al final no los hicimos pues con el marisco quedamos más que artos). Luego sobremesa hasta la cena y a las 12 de la mañana, me despedí de Pepe y Yoli, y también de los nuevos amigos que ya tengo en Zeberio para siempre, Iñaki y su mujer Mila (personas encantadoras, que pienso volver a ver muy pronto.

Aquí me quedé a dormir ( en la plaza del pueblo )





En este bar cenamos anoche.






Subiendo a la ermita de Zeberiogane.




La Ermita.


Los montañeros que coincidimos en la subida al Mandoia.


En lo alto del monte.


Una bonita vista desde la cima, con los buitres volando a sus anchas.


Innumerables pistas que te permiten subir a este monte.




Ya bajando.... a la vista la Ermita de Zeberiogane y mi furgoneta.



La barbacoa que no llegamos a usar.

Preparando el banquete.


Y yo, sentado como un Señor.



Todo preparado para empezar.

Almejas, Grandisimas, y excelentes.

Changurro, percebes, pulpo, almejas, langostinos y caviar Ruso.




Huevas de esturión Ruso que trajo, Iñaki de Estonia.



Después de tanto marisco, no pusimos los rodabayos, pues no eramos capaces de comer más.

Una buena sobremesa, hasta la hora de cenar.

Estos huevos con careta de cerdo, estaban tan ricos, como el marisco del medio día.

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